Por Mónica Alegre

Estamos viviendo una tormenta perfecta. Todas las empresas proveedoras del sector de la automoción estamos viviendo una crisis que está durando más de lo que en principio podíamos pensar y que nos llena de incertidumbre, pero ante la que seguimos resistiendo con actitud positiva y con esperanza, con un gran sentido de la responsabilidad y haciendo una apuesta decidida por el futuro.

Proveedores ante un momento difícil e ilusionante

En la reunión organizada por Sernauto, las empresas asistentes coincidimos en valorar que nos enfrentamos a un momento tan difícil como ilusionante. Porque no hablamos ya de un cambio de modelo en el sector de la automoción, sino de una transformación completa de cómo la sociedad en su conjunto entiende la movilidad. Y, tenemos que confesarlo, la situación que estamos viviendo nos pilla del revés.

Pero el camino está iniciado. No hay marcha atrás. Y cada reto que se nos presenta lo tenemos que convertir en una oportunidad. Hemos de evolucionar hacia un modelo que tenga sentido y realizar una transición ordenada: hemos de poner en cada paso sentido común. Como ya dijo José Vicente de los Mozos, ojalá en 2035 tengamos un aire limpio del todo… y haya un plato para comer en cada una de nuestras casas porque la industria en España siga estando ahí.

En busca de más talento y más efectividad

Durante la jornada se puso de manifiesto la importancia del talento y la actual escasez de especialistas que vive el sector. Ante esta situación, nos hemos propuesto identificar todos los nuevos puestos de trabajo que van a hacer falta en la automoción y potenciar la creación de esos “nuevos trabajadores”. También hablamos de la necesidad de buscar la efectividad en toda la cadena de suministro utilizando las nuevas herramientas de automatización, robotización, IoT, herramientas de trazabilidad, realidad aumentada… siempre adecuadas a las necesidades de cada empresa. Porque la tecnología ayuda, pero por sí sola no va a ser una varita que cambie mágicamente la situación.

El último elemento que quiero destacar de la reunión es que se abordó la necesidad de construir la nueva cadena de valor de vehículo eléctrico sin que eso implique dejar de escuchar a la cadena de valor actual. Sí, tenemos la obligación de preparar conjuntamente la nueva hoja de ruta, pero también la de avanzar sin dejar a nadie por el camino.

Es evidente que, en este momento, la situación del mercado es tremendamente volátil. El reto al que nos enfrentamos dependerá en buena medida de la geopolítica, pero también de que los proveedores de automoción seamos capaces de enfrentar las necesidades del futuro y anticiparnos a él.